Hoy te conversaré acerca de La Última Cena de Leonardo Da Vinci.
Sabías que...?
Leonardo pintó una santa cena en la pared del comedor de Santa Maria Della Grazie en Milán, para que los monjes no se distrajeran con pensamientos ajenos a su vida como monjes?
Leonardo demoró meses en pintar la famosa cena, ante la impaciencia y frustración de los mojes? Ellos creían que Leonardo pintaría la pared a la velocidad del rayo en descampado, pues era reconocido como un gran maestro, maravilloso dibujante y fabuloso pintor?
Lo que los monjes no sabían era que a Leonardo le preocuparon dos cosas:
1. Inventar una nueva manera de pintar al fresco usando óleo en vez de la técnica tradicional. El óleo se seca porque la pared de cal le absorbe el aceite y el color se pulveriza y se cae. Experimento fallido de Leonardo que reta a los restauradores que tratan de salvar la obra, prácticamente desde que el Maestro terminó el mural.
2.Fíjate bien en el rostro de Jesús. Cuenta la leyenda que Leonardo buscaba un joven que fuera modelo para su Jesús. Debía ser la reencarnación visual de los atributos de belleza, humildad, y amor a la humanidad que el soñaba para pintarlo en su mural.
Allí estaba Leonardo, en la entrada de Milán, cuando un grupo de peregrinos entró cantando y entre todos destacó la figura del joven que ves en el mural. "Giácomo, me llamo", era pastor y llegó a la gran ciudad con grandes ilusiones y sueños. Leonardo le obsequia con una bolsita con monedas de oro como pago por posar para él. Se despiden amablemente y hasta aquí llega la acelerada producción del mural. Ya estaban pintados todos los apóstoles y el mismo Jesús, pero Leonardo no encontraba el modelo para el Judas. Semana tras semana. los monjes se asomaban y encontraban a Leonardo haciendo mezclas de barnices y retocando con infinita paciencia, ropajes y detalles, pero seguía vacío el espacio para el rostro de Judas.El prior del monasterio se acercó y con frustración disfrazada de amabilidad le pregunta ¿Cúando terminará?" "No encuentro mi modelo para Judas Iscariote", contesta Leonardo.
La búsqueda continúa por largas semanas, hasta que una tarde Leonardo cansado y sediento, entra en una taberna y ve a un sujeto sentado al fondo del lugar, vociferando insultos, gritando a todo pulmón y ebrio hasta las orejas. Allí estaba, el personaje que Leonardo pensó que jamás encontraría; que la Naturaleza no replicaría un ser tan bajo, vulgar e innoble, al traicionar y vender a su Maestro. Le entrega un recado con su nombre y dirección al tabernero, para que el sujeto llegue a su estudio. Cuando el hombre se presenta, Leonardo le hace pasar y lo sienta en un taburete, en silencio pinta las retorcidas facciones del modelo, la boca que se cierra en un gesto burlón y repulsivo a los ojos de Leonardo. No le habla, por temor a desatar la catarata de vulgaridades que Leonardo no soportaría escuchar, si quiere terminar el encargo.
Al finalizar, le paga al modelo con una bolsita de monedas de oro, este la sopesó y mirando burlonamente la pared y al Maestro sólo le dijo mientras le dio la espalda al irse: "El maestro le paga mejor a Judas que a Jesús". Leonardo no puede creer lo que oyó, ese hombre delincuente y horrible era su Giácomo...
Saludos y hasta la próxima
